sábado, 22 de junio de 2013

Sucede que cada vez que pierdo un perro, se lleva un pedazo de corazón con el. Y cada perro que entra en mi vida me regala un trozo del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegare a ser tan generoso y bueno como lo son ellos.





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